Era un halcón, o algo así. Volaba en medio de un bosque en las montañas. Había una serpiente enroscada en un árbol, yo sobrevolaba por donde estaba, e intentaba comerla, pero después desistía y me iba. Mientras volaba abruptamente bajaba al suelo, y me ensuciaba la nariz (de humana) con la tierra del suelo, pero lograba remontar justo a tiempo para no caerme.
Estaba con Beto en el barrio cerrado de mi viejo, había un perrito que competía en Salto y se veía al lado de la cerca cómo practicaba sus saltos. Beto la acariciaba, y después nos dábamos cuenta que la perrita nos había seguido hasta la salida, y no se iba! Venía a buscarla un labrador negro, y yo le decía que no había sido mi culpa, sino de Beto por acariciarla. Todo bajo un día soleado y entre risas.
domingo, noviembre 02, 2008
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