miércoles, diciembre 26, 2007

@ Diciembre de 2007

Este sueño sí que es impresionante. Caminaba con Aye por un shopping (parecía una mezcla entre Galerías Pacífico, el Abasto y el Alto Palermo) y estaba subiendo esa rampita al lado de las escaleras que siempre uso porque soy una pajera jajaja, cuando noto que estan mis compañeros odiosos de colegio diseminados a pocos metros y veo al raper-cat en la dirección opuesta entre las barandas de la rampa (que no deja espacio para que pase más de una persona cómodamente), nos enfrentamos, y le agarro los hombros con las manos, lo miro de frente y entonces le incrusto la rodilla en las pelotas, y la dejo ahí, con la máxima presión posible, por unos segundos (mientras yo sonreía saboreando la victoria), y él se queda quietito, quietísimo, y se empieza a caer haca el costado derecho, duro como una tabla, hasta que se golpea el cuello contra baranda, JUSTO en la baranda de metal dorada, y se contorsiona todo hasta que cae al suelo.
Por una milésima de segundo sentí pena y remordimiento porque tal vez lo habría matado por el golpe, pero como en los sueños uno sabe todo (o casi) supe de que solo estaba inconsciente, así que felizmente seguí mi camino.

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